Alquileres de corta duración
Los alquileres de corta duración se han hecho cada vez más populares en los últimos años y pueden considerarse un nuevo elemento de la economía colaborativa cuyo objetivo es ayudar a las personas a compartir sus hogares para obtener beneficios. Como fenómeno en rápido desarrollo, el CEPI se centra en los efectos sobre el sector inmobiliario, tanto positivos como negativos. La evolución de los alquileres a corto plazo ha influido en algunos de los aspectos más tradicionales del mercado inmobiliario.
Airbnb es probablemente la más conocida de las distintas plataformas de alojamiento compartido que operan actualmente en el sector inmobiliario. Su evolución y los intentos conexos de controlarla también plantean cuestiones interesantes sobre el desarrollo y la regulación de la economía colaborativa. El hecho de que tienda a funcionar con más éxito en determinados lugares populares, normalmente para el turismo y actividades relacionadas, y pueda ser muy rentable, ha supuesto que un gran porcentaje del alojamiento disponible en dichos lugares se haya desviado al mercado de alquiler a corto plazo, lo que ha provocado trastornos y costes más elevados para los residentes locales, que ahora tienen que abandonar estas zonas a un precio cada vez más elevado. A finales de 2022, la Comisión Europea adoptó una propuesta de Reglamento sobre la recopilación y el intercambio de datos relativos a los servicios de alquiler de alojamientos a corto plazo, cuyo objetivo es desarrollar un crecimiento responsable, justo y fiable de los alquileres a corto plazo, como parte de un ecosistema turístico equilibrado. En este contexto, el mercado inmobiliario se está adaptando constantemente y el trabajo de CEPI en este sentido es apoyar a los profesionales inmobiliarios y mostrar que los retos y oportunidades para ellos deben ser entendidos a nivel europeo.